Día 6. De Arija a Olea (32,5 km)
Una vez salgas de Arija, habrás entrado en Cantabria y dejado atrás Burgos. Los aproximadamente 18 kms hasta Villafría, que discurren junto al embalse, son todos por el arcén de la carretera. Para los que se desviven por evitar el asfalto, pude caminar por el arcén en un arcén de tierra. La carretera está muy poco transitada, pero los coches van rápido entre los pueblos. A unos 7 km por el borde del embalse, en Villanueva de las Rozas, verás la torre de una iglesia que se sumergió para hacer el embalse. Hay una pasarela hasta la torre, y una abertura que sugiere que se puede subir a la torre, pero no salimos. Para mí tenía un aspecto demasiado triste.
Después de Villafría, creo que no hay pavimento, o muy poco. Había dos puntos destacados: las Ruinas romanas de Juliobriga, con un museo. No visitamos el museo, pero disfrutamos paseando y, sobre todo, subiendo al campanario de la iglesia adyacente que domina las ruinas.
Desde las ruinas, el Camino sube por un bosque de hayas, unos 200 m hasta la Peña Cutral. Recuerdo cierta confusión en la cima de una colina, y el GPS acudió al rescate. Y luego hay un descenso hasta el punto culminante espectacular del día: la iglesia románica de Baños de Cervatos. Otra joya del románico, San Pedro. Un buen número de capiteles y canecillos son eróticos, aunque los historiadores del arte aún debaten su finalidad. Para una muestra de las posibles teorías, véase este artículo en El País. Sólo incluyo fotos con calificación G.
Desde la iglesia hasta Olea es bastante sencillo, y recuerdo que pasé por algunos huertos y campos bonitos, pero nada me llamó la atención.
Nos alojamos, como hacen muchos peregrinos, en el Casa Miguel. Es una especie de complejo vacacional, con apartamentos muy bien equipados. Pagamos 15€ cada uno y pasamos una noche muy relajante. Los propietarios son generosos y amables: ellos y sus amigos insistieron en que nos sentáramos fuera con ellos a tomar unas tapas y unas copas. Querían que nos quedáramos a la barbacoa, pero eso nos habría mantenido despiertos mucho más allá de la hora de acostarse de los peregrinos. También me han asegurado en un reciente intercambio de Whatsapp que están encantados de recoger a la gente "mar donde mar" (sea donde sea).