Aunque ya figuraba en el menú de O Cebreiro, el pulpo no parece acaparar mucha atención hasta Melide. A pesar de su aparente desconexión con el mar, el próspero mercado de los jueves de Melide hizo que el envío de pulpo fuera una empresa rentable. Hoy se sirve como entonces: en un plato de madera, adornado sólo con un buen chorro de aceite de oliva y un poco de pimentón. Se come con un palillo de aspecto bastante rudimentario, acompañado de pan gallego pesado y un cuenco del vino local Ribeiro. Uno de los mejores sitios para probarlo es la Pulpería a Garnacha, la última puerta a la izquierda antes de llegar a la carretera principal en Melide.
Melide, durante mucho tiempo encrucijada de territorios, es también el punto de encuentro de las diversas rutas de los caminos que vienen del norte, incluyendo la parte del Camino del Norte y el Camino Primitivo. Debido a ello, y a la proximidad de Santiago, el camino se congestiona mucho más. El melindre es otra de las comidas favoritas de Melide. Se parece a un donut glaseado y se vende en decenas de puestos idénticos durante los festivales.
El melindre es otro de los alimentos favoritos de Melide.
Historia: Melide es un asentamiento antiguo y, a pesar de su importancia como encrucijada natural desde el Neolítico, nunca ha estado protegido por una muralla. En la época medieval, la inmensa mayoría de las industrias de la ciudad estaban vinculadas al camino.
El Camino: El tráfico por Melide puede ser peligroso, sobre todo en los días de mercado, cuando los puestos se alinean en las abarrotadas calles y las flechas que atraviesan la ciudad se vuelven difíciles de ver. Las flechas te dirigen hacia una pequeña calle lateral que atraviesa el casco antiguo y es paralela a la carretera principal. Hay muchas otras flechas amarillas que te dirigen a los numerosos albergues de la ciudad, a menudo pegadas a anuncios o pintadas junto a una simple "A". Puedes ignorarlas.
