Oseira es difícil de pasar por alto por el imponente y macizo Monasterio de Santa María de Oseira. Merece la pena visitarlo. Construido en el siglo XII, originalmente fue una orden cisterciense de monjes franceses. Permanecieron durante un tiempo sorprendentemente largo, pero, como casi todas las demás órdenes religiosas, fueron expulsados por la Real Orden de Exclaustración Eclesiástica de 1835. Tuvo que pasar casi un siglo antes de que el monasterio volviera a ser ocupado, esta vez (y todavía) por trapenses (cistercienses de la Reforma Estricta).
La salida de Oseira no es por la carretera (aunque los ciclistas pueden preferirla por la pendiente más suave), sino por una pista empinada adyacente a la carretera con los restaurantes.
Pasa las aldeas de Vilarello (2 km), O Outeiro (2,5 km), Carballediña (1,5 km) y A Gouxa (bar) (0,4 km) antes de acercarte a la autopista y a Castro-Dozón.