Torres del Río
Camino Frances
Descendiendo de las alturas de Sansol a Torres del Río, uno se pregunta por qué alguien construiría un pueblo en un lugar tan incómodo de defender. La única razón lógica es el río Linares, que da a la ciudad su nombre y fácil acceso al agua.
La ciudad tiene curiosidad por el hecho de que casi todos los edificios (al menos sus exteriores) han sido restaurados, dando la impresión de que hay más (y más que hacer) personas viviendo aquí de lo que realmente hay.
Visite la octogonal Iglesia de Santo Sepulcro, que como la de Eunate no puede escapar a las referencias a una conexión templaria.
El tramo entre aquí y Viana tiene el apodo de "El destrozador de rodillas" debido a sus frecuentes altibajos. El único lugar para la sombra y la pausa es en la Capilla de la Virgen del Poyo, donde se instala un quiosco de comida de temporada.